sábado, 19 de diciembre de 2009

Tú no me quieres

Ya sé que es lo que ocurre…tu no me quieres. Me engaño cada mañana creyendo que estas conmigo porque me quieres, pero no…una vez mas me equivoqué. Una vez más volveré a colgar mi vestido blanco. Convertiré los anillos en simple líquido dorado y cerraré esta puerta para no volver a abrirla más.
Me abrasas cuando me dices que no te quieres casar, me desgarras las ganas cuando me dices que…cuando simplemente sonríes para hacerme callar, o para sincerarte con la mentira.
Lo siento, lo siento y mil veces lo siento.
Tus manos me han acariciado el alma como estrellas de cinco puntas, afiladas y sin compasión. Y todo porque…y todo porque no me amas.
Ya no quiero estar a tu lado, porque ya me cansé de escuchar tus palabras sin sentido, tus visiones de futuro enmascaradas por la mentira…tus dudas.
Porque esto que recorre mi cuerpo no es solo sangre, es vida. Deja de desgarrarme, deja de arrebatarme lo que es mío.
Nunca compartimos nada…nunca quisiste compartir nada. Ni un sueño, porque “lo mismo no se cumple”, ni un lugar, porque “lo mismo aún no es el momento adecuado”.
Que sin sentido lo que escribo…más sin sentido es estar a tu lado sin sentirme querida. He añorado palabras bonitas que me hicieran sentir bien. Me hubiera encantado que en alguna ocasión me hubieras llamado solo para decirme que soy guapa, o que deseas verme, no para dirigirte a mí como una muñeca fea de usar y tirar.
Me hubiera gustado que proclamaras a los cuatro vientos que me quieres, pero…se me olvidaba que no me querías.

No te preocupes, ya me encargaré de esparcir las flores que nunca me regalaste por nuestra tumba. Ya solo quedará un intenso silencio…el mismo que bendijo nunca relación, el mismo que sellará nuestras palabras de por vida.