domingo, 24 de agosto de 2008

Triste sentimiento de soledad.


Si en algún momento te sientes solo o sola, recuerda:
“La soledad es llamar por teléfono, y comprobar que no hay nadie al otro lado, que no contestan. Soledad es estar en casa, y que no haya nadie a tu lado. Soledad es tener que sobrellevar momentos difíciles y no poder acudir a nadie.”

Recapacitar sobre estas palabras, en más de una ocasión nos ayudará a darnos cuenta de que la soledad no estaba tan cerca como pensábamos.

Piensa, si, tú que lees, piensa que deberías dar gracias porque hay muchas personas que cada mañana que se despiertan, lo primero que hacen en pensar en ti. Hay personas que no descansan hasta que llegas a casa, o simplemente desean desayunar contigo para poder disfrutar de tu presencia aunque solo sea ese rato. Seguro que alguien deja todas sus tareas a un lado para escucharte y descubrir que te ocurre porque solo con mirarte ya sabe que te encuentras mal.

Indudablemente, hay días en los que, por algún motivo, los ánimos se encuentran a la altura del suelo, y todo nos parece desastroso. Añoramos todo aquello que ya no tenemos, lloramos por la ausencia de los que aún queremos, y acabamos maldiciendo…a la soledad.

Ante esto, piensa en lo que te digo…¿Sigues estando solo/a?

martes, 12 de agosto de 2008

¡Pégame! Eso no es lo que me duele.


Hoy me ha dicho que me quiere, sé que se arrepiente, que me ama. Es normal que ayer me gritara y me golpeara fuertemente. Lo entiendo, se tenía que desahogar…había tenido un mal día. Sé que se arrepiente.
Mi hijo, mi querido hijo, mi nueva esperanza… ya no nacerá, las patadas y puñetazos me han provocado un aborto, pero sé que se arrepiente.
Hoy en la tarde de nuevo sus lindas palabras se han convertido en gritos, insultos, desprecio hacia mí. Sus caricias son golpes, golpes que ya no duelen. Pero me ha pedido perdón, sé que se arrepiente, que me quiere.
Ya mis tacones no se escuchan por la casa, ahora sólo se oyen mis lamentos, muerta de dolor, envuelta en lágrimas, y sin aire, pero no le doy importancia, sé que me quiere, él me lo ha dicho, que sin mí no puede vivir…pero yo a su lado tampoco.
¿Qué es eso que nos separa? ¿Qué ha pasado para que, aún pegándome, aún sintiendo su puño sobre mi pecho, sienta que no me toca?
Sus golpes cada vez son más fuertes, sus disculpas, cada vez más frecuentes. Ya no distingo sus golpes de sus abrazos, sus órdenes de sus consejos, ni siquiera distingo si grita o si me susurra, porque todo me duele…todo me hace cada vez más pequeña, más indefensa, más atada a él…porque me encierra, no me valora, me insulta, me quema, me ridiculiza, me aprieta, me patalea, me empuja, me arranca los pelos, me prohíbe hablar, me amenaza con hacerme daño a mí y a los que quiero, me...me mata lentamente.
Por fin, hoy, por fin, todo ha acabado, ahora ya no sirven de nada sus arrepentimientos, sus súplicas de perdón…porque ahora sí descanso en paz.

A todas aquellas mujeres que son maltratadas y que viven en eterno sufrimiento.